PONIÉNDOSE EL SOMBRERO

29.10.2013 16:49

El rasgo más llamativo  hace mas de cuarenta años era el uso del sombrero, que sobrevivió hasta la década de los 60's.

Actualmente el uso del sombrero es sumamente raro, especialmente entre los del sexo masculino. Ahora, los sombreros tienden a definir un rol específico en lo laboral únicamente; se usa sombrero como parte de un uniforme en específico.

Antiguamente el hecho de que una niñera se pusiera un sombrero indicaba, sin pena, que ella y los niños a su cargo saldrían. No había duda alguna. La señal era definitiva. Cuando un policía, un piloto o un militar se ponen su sombrero, están señalando claramente que cumplen con su deber y su actividad en ese momento. Ninguno de los dos sin gorra (o sombrero) nunca aparentará la misma seriedad ni inspirará el mismo respeto que con él puesto. 

Es una lástima que no exista un sombrero para pensar que se pueda adquirir en las tiendas . Existen sombreros para estudiantes llamado birrete que significa sabio o erudito. Pero la erudición y el pensamiento rara vez coinciden. Los eruditos suelen estar muy ocupados aprendiendo sobre el pensamiento de otros como para pensar por sí mismos. 

Consideremos su utilidad...

...¿qué piensas?... ponte el sombrero...

ahora...¿qué piensas?...

¿Verdad que sería de gran utilidad?

Esta imagen mental de alguien que usa un verdadero sombrero para pensar podría servir para evocar el estado mental tranquilo y despreocupado necesario para que cualquier pensamiento implique algo más que sólo reacciones viscerales frente a una situación.

Probablemente los pensadores concienzudos dedican cinco minutos diarios al uso intensivo de la materia gris.

Todo depende de si queremos pensar realmente, si nos pagan (en el caso del trabajo) para pensar o para seguir el pensamiento de otros.

Concentrémonos en el tema del "pensamiento deliberado" que  sería el propósito del sombrero para pensar y dejemos a un lado el pensamiento divergente y rutinario (que trataremos más adelante).

¿Funciona? 

Es cuestión de acostumbrarse, como todo.