Nada en esta vida es seguro.
Uno de los conceptos clave más importantes a los que estamos expuestos, es la promesa de seguridad. Ella nutre la esperanza que nosotros alimentamos en secreto: lo ya conseguido se nos debe quedar...
Es un hecho que todo lo que hoy parece muy seguro, mañana puede ser distinto. El resultado son decepciones, amargura y desamparo. Sobre todo, cuando confiamos en que alguien más cuidará de nuestra seguridad ahora y en el futuro. La única protección que podemos lograr nosotros mismos es la capacidad de confiar en nuestras propias posibilidades, en vez de dejarnos en manos de otra gente.
Lo que nos hace inseguros es lo imprevisible en la vida. Todo lo que no conocemos y para lo que podríamos sentirnos no preparados, nos da miedo. si se presenta, caemos en pánico, a menos que nos hayamos entrenado a tiempo para confiar en nosotros mismos.
Si tú sabes lo que deseas, si confía en ti mismo más que en todas las promesas y has aprendido a creer en ti y que puedes solucionar cualquier problema gracias a tus propias fuerzas, ¿acaso ésta no es la mejor condición para enfrentar todo acontecimiento imprevisible? Por supuesto que si.
Si aprendes a confiar en ti mismo y usas eso como arma en contra de los obstáculos que se te pongan en frente y como herramienta para hacer lo que te propones, ten por seguro que lo lograrás.