AMOR DE CALIDAD
Es diferente a pretender un amor perfecto, se debe aspirar a relaciones suficientemente buenas...eso creo.
Los amores idílicos, perfectos, melosos, eternos, impecables...no existen en la realidad, siempre habrá un pero...pues son más un sueño romántico (epidemia de la que muchos estamos contagiados) que una experiencia realizable en la vida cotidiana.
Partiendo de este supuesto, siempre querremos más tiempo, más cuidados, más atención, etc., no obstante, este modelo (al que muchos aspiran) de amor total se asemeja más a la demanda de un niño a una madre, que de una pareja a otra, por la pretensión de que exista alguien sólo para mí.
Esta noción de amor suele dejarnos algo anhelantes, desconcertados, inconsolables o insatisfechos, pues es una demanda más que una necesidad que se puede satisfacer puntualmente, como el hambre, el sueño e incluso el sexo. Surge de un deseo humano que aspira a más; como diría Ortega y Gasset "El amor es un eterno insatisfecho".
De ahí la importancia de buscar buenos amores y no relaciones perfectas (e irreales) que siempre nos defraudarán. Pero...¿qué es un amor de buena calidad? He ahí el detalle (como diría Cantinflas) . Sin duda, un buen amor aporta tranquilidad en términos generales, no nos somete a un estrés permanente ni a situaciones de violencia y miedo. Un amor bueno abre puertas y con ello otorga posibilidades; lejos de que la relación limite e impida la realización de cada cual, facilita un intercambio de ideas y prácticas nuevas en los proyectos vitales de ambos amantes.
Un amor que vale la pena produce placer no sólo en el ámbito sexual y emocional, sino en diversas áreas que nos causan disfrute, diversión y que nos motivan a seguir adelante. También aporta ternura y madurez: transforma la agresión en muestras de cariño y afecto y mucha atención, al tiempo que cuestiona y retroalimenta con respeto, invitando a la reflexión.
Pero incluso el buen amor es incompleto y de algún modo deja insatisfacciones, puesto que siempre buscamos certezas y seguridad total.